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6 Un abogado equivale a 3000 resmas de papel
Una vez, hace mucho tiempo, hablé ante la Junta Escolar del Tercer Distrito en Manhattan para suplicar que no retuviera a un abogado privado, cuando todo el trabajo legal al que un distrito escolar está autorizado legítimamente es facilitado gratuitamente por el consejo municipal de la ciudad. A pesar de eso, el distrito había asignado 10.000 dólares para retener una empresa legal de Brooklyn. Esta es una técnica estándar en todas partes de las juntas que buscan consejo legal para librarse de sus «enemigos». Prefieren ocultar esto del consejo municipal o temen que tal trabajo pudiera ser rechazado como ilegítimo. Un miembro de una junta escolar ya había consultado con los mismos abogados en cinco ocasiones diferentes persiguiendo alguna vendetta privada, después remitía las facturas para su pago con cargo a los fondos escolares del distrito. A veces esto es simplemente un modo de dar una propina a los amigos.
Mi argumento era como sigue:
Concluí con dos sugerencias: primera, un referéndum entre los padres para averiguar si preferirían una de las opciones anteriores o un abogado; segunda, comprar 10.000 boletos de lotería para que todos tuviéramos una ilusión de este potlatch en vez de la emoción solitaria que tendría un abogado de Brooklyn al ingresar nuestro cheque.
Cuatro años después, comparecí ante la misma junta escolar, con la siguiente declaración, un tanto más siniestra:
Jamás llegó ningún comentario de esa Junta de Educación. Dos años después de mi restauración, fui nombrado Profesor del Año de la ciudad de Nueva York. Dos años después de eso, Profesor del Año del estado de Nueva York. Un año después, tras hablar en el Engineer's Colloquium en el Centro Espacial de la NASA, llovieron las invitaciones de cada estado de la Unión y de todas partes del mundo. Pero el daño que había sufrido mi familia tuvo efectos duraderos.
Sin embargo creo que demostré algo importante. Al volver a mirar todo el lamentable entramado del sistema tal como se reveló a sí mismo capa a capa durante mi agonía, lo que era más impresionante no era su horroroso poder para amenazarme a mí y a mi familia sin conciencia ni compasión, sino su increíble debilidad frente a la resistencia. Luchando sin aliados durante treinta años, lejos del hogar y de la familia, sin recursos financieros, sin lugar donde buscar ayuda, excepto en mi ingenio natural, ni donde buscar valor, excepto en los principios aprendidos de muchacho en un pueblo de clase trabajadora en el río Monongahela, fui capaz de arrinconar al monstruo de la escuela de tal modo que finalmente fue obligado a cometer delitos para librarse de mí.
Lo que eso sugiere es motivo para una gran esperanza. Un relativo puñado de gente podría cambiar el curso de la escolarización significativamente, resistiendo el sofocante avance de la centralización y de la estandarización de los niños, siendo imaginativos y decididos en su resistencia, explotando múltiples debilidades en la coherencia interna de la institución: la deslealtad que sus propios empleados sienten hacia ella. Llevó 150 años construir este aparato. No dejará de respirar de la noche a la mañana. La fórmula es respirar hondo, escoger cinco piedras lisas y disparar. Los homeschoolers ya han comenzado.
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© 2007 de la traducción, Juan Leseduarte